Puede que sea producto de una educación inadecuada, de desequilibrios mentales, de traumas infantiles o de un mal ambiente familiar, lo que es seguro es que situaciones como esta minan la moral de los padres, destruyen sus ilusiones y convierten a los hijos en extraños.
Esta clase de jóvenes han perdido todo el respeto por sus progenitores, por las personas que les dieron la vida, no valoran todo aquello que les ofrecen, y no se dan cuenta de algo muy importante en esta vida: PADRES NO HAY MAS QUE DOS.
Como futura educadora social me parece un colectivo muy interesante, díficil pero interesante.
Ayudar a todas estas familias a ser felices me parecería un trabajo muy gratificante, mejorar la vida de las personas debe ser algo que no se puede comparar con nada más.
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