miércoles, 6 de abril de 2011

11.500 toneladas de agua radiactiva vertidas al mar.

El lunes 4 de abril, la central de Fukushima comenzó a verter agua de "poca radiactividad" al Océano Pacífico con el objetivo de crear espacio para almacenar agua aún más contaminada.
El gobierno japonés afirma que el riesgo para la salud humana es mínimo, sin embargo, no deja de existir un margen de duda. Los residuos radiactivos son perjudiciales para la flora y la fauna marina, las consecuencias de esta medida con respecto a los organismos que habitan en el océano son imprevisibles ya que no existen puertas para aislar el Océano de Japón y esa contaminación llegará a otras costas.
La pesca marina mundial se encuentra en peligro, pues una de las sustancias contaminantes de este vertido es el Cesio, que tarda nada más y nada menos que 150 años en eliminarse y por tanto puede incorporarse a la cadena alimenticia.
La situación es alarmante, y lo es aún más si nos planteamos una cuestión:
¿y el agua que van a almacenar?, ¿que pasa con ese agua aún más contaminante?...en algún momento tendrán que deshacerse de esos vertidos.
Una vez más se confirma el hecho de que las centrales nucleares no están aún bien estudiadas, en mi opinión antes de comenzar a generar energía nuclear se debería haber pensado en las medidas que se tomarían para eliminar o reducir el impacto ambiental de estos residuos, vamos, es lo mínimo cuando se trata de un proyecto así. Pero en fin, se ve que no interesa.


¿Esta es la energía nuclear tan segura de la que hacen gala políticos y empresarios?

...Já!

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